Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Sunday, November 30, 2003

CUENTO DE INVIERNO

Erase una vez una nina de cabello plateado que salvo de la soledad con sus cartas a un amigo lejano.

Y el la salvo a ella.


Para Chus.

Asi que esperando si lo del otro dia tiene consecuencias aunque yo estoy convencido de haber actuado correctamente. Y esperando a ver como me desenvuelvo en el nuevo trabajo. Y por lo demas a la nostalgia de estos dias se une un cierto sentimiento de tristeza por la perdida de amores ajenos. Resulta curioso la manera en que puede uno compartir el dolor que llega al corazon de los amigos, de mi hermana adoptiva, como yo la llamo en este caso. En fin, confidencias que nadie va a leer, ni a entender si se leen. Cuanto amor desperdiciado. O quizas no, pues puede que el amor jamas se desperdicie ni se pierda, unicamente aquel que no se da.

Por lo demas me he despedido de mis companeros en la Sala de Operaciones con un poema de Walt Whitman. Reconozco que es un poco funebre, pero... son los sentimientos que he experimentado estos dias. A fin de cuentas he estado alli, luchando como el que mas, durante casi 24 meses. Es un poema bonito, expresa esa nostalgia que da el abandonar un lugar tan querido, tanto tiempo frecuentado. Me lo dijo un electricista el otro dia en el trabajo: se ve que tienes nostalgia, me dijo. Si, que palabra tan hermosa, eso es lo que he sentido.

CENIZAS DE SOLDADOS

Cenizas de los soldados del Sur o del Norte,
cuando medito en el pasado, murmurando un canto en el pensamiento,
la guerra vuelve a empezar, acuden otra vez a mis sentidos vuestras formas,
y avanzan otra vez vuestros ejercitos.

Silenciosos como la niebla o el vapor,
ascienden de sus tumbas en las trincheras,
de los cementerios de Virginia y Tennessee,
de todos los puntos cardinales y sus tumbas innumerables,
en nubes flotantes, en grandes muchedumbres, en grupos de dos o de tres, o de uno a uno, vienen,
y se congregan en silencio alrededor de mi.

No hagais ahora sonar vuestros clarines,
no estoy a la cabeza de mis soldados que avanzan cabalgando briosos caballos,
con los sables desenvainados y relucientes, y las carabinas sobre el muslo (Ah, mis valientes soldados!
Mis hermosos soldados de rostro curtido! Que vida, que gozo, y que orgullo,
fueron los vuestros con todos los peligros!)

Ni vosotros, tambores, ni la diana al romper el dia,
ni el largo redoble que da la alarma al campamento, ni el toque apagado de un entierro,
nada de vosotros esta vez, oh, soldados que llevais mis tambores de guerra.

Pero apartado de estos y lejos de la feria de la opulencia y de los paseos llenos de gente,
rodeado de mis camaradas, invisibles para los demas y sin voz,
con los muertos triunfantes y resucitados, con el polvo y los escombros ante mi otra vez,
yo canto este poema de mi alma silenciosa, en nombre de todos los soldados muertos.

Rostros tan palidos de ojos asombrosos, muy amados, venid mas cerca aun,
acercaos, pero no hableis.
Espectros de los desaparecidos innumerables,
invisibles para los otros, desde hoy sed mis companeros,
seguidme siempre -no me abandoneis mientras yo viva.

Dulces son las mejillas sonrosadas de los vivos -dulces son sus voces musicales,
pero son dulce, oh, tan dulces, los muertos con sus ojos absortos.

Amadisimos camaradas, todo se ha acabado y ha desaparecido hace mucho tiempo,
pero no se ha acabado el amor -y que amor, oh, camaradas,
el perfume sube de los campos de batalla, se eleva del hedor.

Perfuma, pues, mi canto, oh amor, amor inmortal,
dejame que bane los recuerdos de todos los soldados muertos,
que los amortaje, que los embalsame, que los cubra enteramente de tierno orgullo.

Perfumalo todo -purificalo todo,
haz que estas cenizas nutran y florezcan,
oh, amor, resuélvelo todo, haz que todo fructifique con tu quimica perfecta.

Hazme inagotable, haz de mi un manantial,
que yo exhale el amor, dondequiera que vaya, como un rocio perenne,
para las cenizas de todos los soldados del Sur o del Norte.

Dias de incertidumbre y de espera. Cambios en el trabajo. Me he despedido del anterior con una bronca estupida. Nunca, nunca debe uno perder la calma aunque toque tratar con personas exasperantes. Pero a veces debe uno sentar los principios si ve que estos se tambalean. Y si empiezas no puedes echarte atras. Con todo, discutir por algunas cosas es una estupidez. Vanidad de vanidades, y todo vanidad, como dice el Libro del Eclesiastés. Asi que mal final. Tendra consecuencias?