Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Thursday, October 23, 2008


Rostros atesorados en una parte de la memoria, sin que nunca hayan sido lo suficientemente célebres como para que recordemos sus nombres. Viejos capítulos de series de televisión de los 70, reposiciones de madrugada, preciosas marionetas de serie B. 'The Outsider'; 'Casey, Crime Photographer'; 'The Martian Chronicles'; o la extraordinaria 'Kolchak: The Night Stalker'.


Una delicia para los amantes de los eternos secundarios del cine y la televisión de la Edad de Oro. Como la misma página dice, para celebrar un amor. De ayer, de hoy, y para siempre.

EL VIEJO LEÓN
JÖRG HAIDER (1950 -2008)

Ha muerto de madrugada, tras haber pasado la noche en una discoteca, asistiendo a una fiesta con motivo de la presentación de una nueva revista. Haciéndose fotografías con las bailarinas del local y bebiendo cerveza a morro, como acostumbraba. Demonizado por haber dicho que los soldados de las Waffen SS eran valientes; pero también que George Bush es un criminal de guerra. Satanizado por ser amigo del Coronel Gadafi; pero también por haber sido uno de los últimos políticos europeos en haber visitado Irak antes de la Segunda Guerra del Golfo, ha muerto al volante de su coche deportivo, mientras viajaba para pasar el domingo en compañía de su madre, que cumplía 90 años. Ahora será también satanizado por "descubrirse" (ya se sabía) que era homosexual. En particular recordaré con nostalgia la fotografía con las bailarinas de la discoteca (imagínate hacerte una foto nada menos que compartiendo cerveza con el Gobernador) y la valentía al defender a Saddam Hussein cuando los mismos que le habían aupado y hecho negocios con él durante décadas (léase Donald Rumsfeld) se disponían a retrotraer Irak 50 años atrás con tal de poner su producción de petróleo en manos de las compañías de sus amigos (léase Dick Cheney).

La ultraderecha de rostro humano pierde a uno de sus mejores líderes. En un panorama como el que tenemos a la vista, una verdadera lástima. O quizás no: su ejemplo nos acompañará. Hasta el final. Has tenido una buena muerte, y no te olvidaremos.