Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Saturday, March 26, 2005

Os invito a daros un paseo por SILENTE.NET, página española dedicada a la cienciaficción popular y de serie B en España.

Friday, March 25, 2005

Y vamos a terminar esta puesta al día de mi pequeño tesoro escondido en la Red con una película. Uno de esos casos en los que el cine ha conseguido igualar o incluso mejorar una saga literaria. Hace años siendo un niño me pregunté qué es un genio. Y creo que un escritor, capaz de crear un mundo propio, es un genio. Sólo los que nos hemos puesto en frente de un folio en blanco sabemos lo que es eso. Frank Herbert lo hizo. Dune. Y sólo otros dos genios, como David Lynch y Dino De Laurentis, podían llevarlo al cine.

Y por poner a su lado a un español, y si bien sigo pensando que el mayor genio literario que ha dado nuestro país es Francisco Ibáñez, el creador de "Mortadelo y Filemón", me gustaría rescatar del olvido a un hombre que hizo soñar con sus novelas de cienciaficción a varias generaciones de niños españoles. Firmaba con el seudónimo de George White, aunque su verdadero nombre era Pascual Enguídanos. Como suele suceder, de haber nacido en Brooklyn, sería tan conocido como Isaac Asimov.

Pero los mejores de todos... creo que siguen siendo ellos dos. Mis viejos maestros. El optimista y el pesimista. El filósofo y el vagabundo. Hubo un momento especial, más o menos cuando yo nací. Con muchas luces y también, es cierto, con muchas sombras. Pero algunos quedaron. Quedaron los mejores, y hoy empezamos a darnos cuenta. Fueron los años 60, y en especial un movimiento que se denominó contracultura. Os invito a rememorar a los más grandes de entre los grandes, el genuino sabor steinbeckiano y también un poco español, sin duda, que produjo aquella maravillosa California de los sesenta. Alan Watts y Phillip K. Dick

Mi página web, al menos según el Google, fue la primera que incluyó un apartado dedicado en exclusiva y de manera extensa, a Cayetana Guillén Cuervo. De esto hace ya algunos años. Ahora hay muchas más dedicadas a ella. Me gustan especialmente dos: la de sus representantes Torres y Prieto y esta otra página personal de Geocities. La verdad es que sigue estando tan guapa como siempre.

Neal Stephenson ha sido definido como "el Quentin Tarantino" de la ciencia ficción, en su versión cynerpunk. El cyberpunk es un subgenéro que hemos trabajado, enmayor o menos medida, todos los que en un momento dado unimos nuestro amor por la cienciaficción con la certeza de que el mundo no volvería a ser igual mientras existiesen computadoras. Su mejor obra es "La Era del Diamante: Manual ilutrado para jovencitas". El número de ensayos, comentarios, y resúmenes que ha generado esta novela de tan difícil lectura como maravilloso entramado, es inagotable. Os sugiero un precioso manual, una página web-guía de temas elaborada por el propio Stephenson, y un resumen.

Aun cuando agotase todas las metáforas de los poetas, aunque hiciese hablar a las flores, a los bosques, a las estrellas, a las mañanas de primavera, no expresaría nada. Francia me dió tres grandes escritores: Alejandro Dumas, Pierre Boullé, y Ainé. Boullé es más conocido, por "El Planeta de los Simios" y "El puente sobre el río Kwai". Pero pocos recuerdan a J.H. Rosny Ainé, el autor de maravillas como "Los habitantes de Marte": aventuras y poesía, dolorosamente unidas en una síntesis bella y sincera. Una página francesa dedicada a él.

La Página Web del actor RUTGER HAUER, el mágico Roy Baty de Blade Runner

Pero yo sí se por qué salvaron mi vida: le dieron alas. Y al igual que Bradbury, me ayudaron a ir siempre hacia la vida, huyendo de la tumba. Algunos de ellos llegan hoy aquí, casi después de un año de ausencia, en la que he recorrido muchos caminos y he visto muchas cosas, casi hasta llegar "más allá de Orión".

I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I watched C-beams glitter in the dark near Tannhäuser Gate. All those moments will be lost in time like tears in rain. Time to die.

I don't know why he saved my life. Maybe in those last moments he loved life more than he ever had before. Not just his life, anybody's life, my life. All he'd wanted were the same answers the rest of us want. Where did I come from? Where am I going? How long have I got? All I could do was sit there and watch him die.