LOS VIEJOS HÉROES NUNCA MUEREN
Un tanto eclipsados por el fallecimiento de Michael Jackson, se nos han ido en estas últimas semanas dos viejos héroes del cine/televisión de serie "B" de los años 70, Farrah Fawcett y David Carradine, éste último puesto de moda de nuevo por el éxito de las películas de Quentin Tarantino sobre el personaje de Bill. Recuerdo haber ido a ver, una tarde de viernes, en el Cine Avenida de Palencia, una película que venía precedida de varios importantes galardones en varios festivales de Europa. Se llamaba algo así como "Las invasiones bárbaras" y trataba sobre los últimos días de un profesor universitario, gravemente enfermo, que decidía pasar sus últimas horas con su grupo de amigos recordando a Marcuse y suicidándose finalmente. Recuerdo que salí del cine tan absolutamente horrorizado, que al día siguiente, y aunque no tenía muchas referencias de ella, fui a ver "Kill Bill", que estaba interpretada por una belleza absoluta como es Uma Thurman y que supuse podría "desintoxicarme". Salí del cine esta vez absolutamente encantado, tal fue la sensación de libertad y de infancia recuperadas que me produjo. Este es el espíritu, creo, y esta la sensación al escuchar la noticia de las muertes de la rubia más guapa de la televisión de los 70 y del eterno Pequeño Saltamontes, el más sabio de los aprendices del Templo de Shaolín pero sobre todo el más delicioso malo de entre los malos en el Oeste, en el Futuro, o en la II Guerra Mundial, genial en las películas de las series B a Z... Este es el secreto que Tarantino sobre todo ha sabido plasmar en la pantalla y por habernos recuperado y dignificado estas sensaciones le estaremos eternamente agradecidos. Así pues, que los Viejos Héroes cojan fuerzas, ya que, como dice Roy Baty en "Blade Runner": "No. Nosotros nunca moriremos".