LA CHICA DE LA ETERNA SONRISA

Pues sí: hace un par de semanas hemos tenido por aquí a la ladronzuela más bonita de Hollywood. Nada menos que Noni Ryder, desgraciadamente famosa en los últimos tiempos por sus mareos en el avión y sus razzias en los centros comerciales de L.A. pero a la que algunos recordaremos siempre por su sonrisa en películas como "Mujercitas" o sus ojazos en "Alien Resurrection". En la adaptación de "A Scanner Darkly" de Phillip K. Dick demostró que la que es guapa es guapa... hasta en dibujos animados.

Y encima nos la ha presentado nada más y nada menos que Cayetein... lo dicho: un lujo absoluto.

JESÚS DE NAZARET

La Historia nos dice poco de Jesús de Nazaret. Parece que fue un judío que vivió en Palestina durante el mandato del Emperador Tiberio. Predicó como maestro o rabino ambulante, uno de muchos que existían en aquel entonces, su particular idea de entender la religión judaica. Por algún motivo, parece que entró en conflicto con los poderes que regían aquella parte de Israel, fue condenado a muerte y ejecutado.

La leyenda fue añadiendo desde aproximadamente unos 50 años después de su muerte algunos elementos más. El primero, quizás extraído de los mitos de la religión egipcia, que al tercer día después de enterrado resucitó de entre los muertos. Años después, se añadió que el motivo de su condena a muerte había sido predicar una concepción religiosa basada en el amor. Este añadido coincide con la aparición escrita de una relación de sus hechos en vida, el primer protoevangelio, origen posteriormente de los llamados de Mateo, de Marcos, y de Lucas. Por último, aproximadamente 100 ó 150 años después de su muerte, su figura empezó a perfilarse como la del líder de una nueva religión. Esta religión dominó Europa hasta mediados del siglo XIX, impregnando toda la vida pública y buena parte de la política. En especial durante los siglos que van desde el XII al XVII fue el principal origen de una monstruosa cadena de guerras y atrocidades a todo lo largo y ancho del continente. Paralelamente, fue el origen de una corriente de pensamiento que originó las más hermosas obras del arte europeo. Inspiró a cientos de filósofos y de santos, de pensadores y artistas. Gandhi, que no era cristiano, sino hindú, dejó escrito que una de las grandes tragedias de Europa era no darse cuenta del mensaje de la Pasión, del papel de todos y cada uno de sus actores. Como la corriente del río pasa por los cantos rodados: nos ha alisado en la superficie pero nuestro corazón sigue seco. La Pasión: esa singular metáfora en la que está descrita, con todo su horror, pero con todo su heroísmo singular, la naturaleza del corazón humano.

Y visto todo esto... si nos quedamos en los meros hechos históricos, poco podemos decir. Quizás resultaría que Jesús de Nazaret fue un agitador político como tantos otros. Quizás fue condenado a muerte por tratar de hacerse con el poder de los Sumos Sacerdotes y de los Fariseos. Quizás.

Y sin embargo... sin formar parte de la religión cristiana; incluso sin aceptar la idea de la Resurrección; quedándonos únicamente en la mera leyenda... la de un pobre predicador que por defender a los miserables del mundo es encarcelado por los poderosos de su tiempo, condenado injustamente a muerte, y torturado hasta la muerte. A la hora de nona. Precisamente a la hora de nona. No puedo evitar acordarme de una lejana tarde, en la que doscientos jóvenes nos reunimos bajo una carpa maloliente en un pueblo llamado Taizé, en el sur de Francia, para ponernos de rodillas, fijar nuestra mirada en el suelo, y llorar por todos el mal del mundo, recordando a un joven de unos 30 años, inocente, azotado hasta ser incapaz de lavantarse, desangrándose clavado a una tabla de madera, abandonado de todos, salvo de su madre, de un amigo de 17 años, y de la mujer que lo amaba, una ex prostituta. Dos mujeres y un niño, y absolutamente nadie más. Acostumbrado al sufrimiento, abandonado de todos: varón de dolores. En su muerte a todos se nos da la ocasión de morir: su sangre nos limpia; y con él, y limpios por su sangre, todos podremos volver a nacer. Las palabras de Isaías resuenan con fuerza esta noche. Una vez más la estúpidez no hace sino volverse contra sí misma. De nuevo es la sangre de los inocentes semilla de cristianos.

No puedo imaginarme las razones que pueden llevar a pedir que se retire de una pared la imagen de la Cruz de Cristo. No quiero juzgar, porque Él nunca lo hizo: No juzguéis para no ser juzgados: perdonad para ser perdonados. Puede haber razones, sentimientos, emociones, que lleven a formular tal petición. Y Él los comprendería. Pero sencillamente, no puedo imaginarlos. Y que se utilicen para hacer política, miserable, sucia, mezquina, como la de los señores progresistas muy bien comidos y muy bien vestidos que acabo de ver despotricando contra Él en una programa de televisión, es algo detestable.