Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Tuesday, February 17, 2004

Dónde encontrar un hombre así, ¿verdad, amado Luzbel? Sólo él sería capaz de crear un Imperio. El jinete silencioso que se esconde, oro y azul, en la llovizna, en la niebla, en el atardecer...

Érase una vez un niño que no tenía padre ni madre, todos se habían muerto y ya no quedaba nadie en el mundo. Se habían muerto todos. Y él fue y se puso a llorar día y noche. Y como ya no había nadie en la Tierra, quiso ir al cielo, y la Luna le miraba tan risueña, y cuando llegó por fin a la Luna, era un trozo de madera podrida, y entonces se fue al Sol, y cuando llegó al Sol, era un girasol seco, y cuando llegó a las estrellas eran mosquitos de oro pequeñitos, que estaban prendidos como los prende el alfaneque en el endrino, y cuando quiso volver a la Tierra, la Tierra era una olla del revés, y estaba completamente solo. Y entonces se sentó y empezó a llorar, y todavía sigue sentado, y está completamente solo.

Büchner, Woyzeck

Sunday, February 15, 2004

Una rara, rara, rara avis encontrada en los rinconcillos de internet: el Informe de la Comisión que formó el Presidente Carter en 1979 para investigar la alerta nuclear de Three Mile Island.

¿Por qué me recuerda siempre este poema la vieja casa del acantilado, los reactores sobre las nubes, los ruidos desconocidos más allá del ocaso, los temores de la niñez perdida a la luz de las velas que ya se han consumido? Estuve hace poco en la vieja casa. El piano sigue allí, y los recuerdos y las sombras. todo está igual que lo dejamos. Por Dios, cómo puede llegar a atraerme hasta su mismo centro, como un imán poderoso.

The Sea of Faith
Was once, too, at the full, and round earth's shore
Lay like the folds of a bright girdle furl'd.
But now I only hear
Its melancholy, long, withdrawing roar,
Retreating, to the breath
Of the night-wind, down the vast edges drear
And naked shingles of the world.

Ah, love, let us be true
To one another! for the world, which seems
To lie before us like a land of dreams,
So various, so beautiful, so new,
Hath really neither joy, nor love, nor light,
Nor certitude, nor peace, nor help for pain;
And we are here as on a darkling plain
Swept with confused alarms of struggle and flight,
Where ignorant armies clash by night.

Mathew Arnold. Dover Beach.