Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Sunday, July 18, 2010


UN LENGUAJE NUEVO

Posiblemente la parte de la obra filosófica de Hegel que más pueda contribuir al descrédito del resto de su sistema y en general a que cualquier lector con una cierta cultura científica se sienta tentado a sostener la opinión de Shopenhauer según la cual el que llegó a ser considerado como el filósofo oficial de Prusia, a pesar de estar considerado como uno de los filósofos más difíciles de leer por su estilo literario especialmente oscuro y lleno de argumentaciones basadas en una aparentemente nueva manera de razonar, basada en su principio dialéctico, no era nada más que un mero charlatán, es su Filosofía de la Naturaleza. A Hegel en realidad no le gustaba la Naturaleza. Opinaba que en ella se nos muestra el rostro de Dios muerto, después de haberse de algún modo materializado pero antes de haber llegado a un estadio posterior y superior de conciencia, en el que se pudiera pensar a si mismo, dentro de la razón humana. Por eso, para él cualquier razonamiento o pensamiento o producto del arte humanos, era superior a la contemplación del medio natural. A pesar de lo cual produjo en la parte de su Enciclopedia dedicada a la filosofía natural (de la que no hubiera podido prescindir aun queriendo, deuda imperdonable a su planteamiento aristotélico que entendía la filosofía como un sistema científico global y completo) una de sus obras más extrañas, posiblemente equivocada en la mayor parte de sus explicaciones a la luz de nuestro conocimiento actual de las leyes naturales, pero no por ello exenta del mismo estilo recargado, pletórico de metáforas imposibles, en medio de su lenguaje habitual plagado de párrafos extensos, enrevesados y casi ilegibles, llenos por extraño que pudiera parecer, de una especie de nueva poesía rayana con el simbolismo. Y así, a pesar de no aceptar las emergentes teorías de la evolución de las especies (dentro de su idea general de limitarse a estudiar lo que se presenta en la realidad y no cualquier tipo de posibilidades alternativas que no le interesaban) y por extraño que pueda parecer en una filosofía del cambio y del movimiento como es la dialéctica hegeliana, que él se empeñaba en mantener reservada para el devenir de la historia humana, sin haber sido capaz de aceptar con los matices que fueran necesarios el engarde de ésta con la natural, la filosofía de la naturaleza de Hegel, como él explica en algunos pasajes posteriores, es un intento quizás baldío pero valiente, de penetrar con la sola luz de la razón en la esencia de las leyes naturales, creando un lenguaje nuevo que fuera capaz, al margen de las explicaciones sesgadas de cada una de las divisiones de la ciencia en particular, de comprender, explicar y describir, la realidad total derivada de la observación de la naturaleza. Intento que queda para el futuro. De la filosofía natural de Hegel nos seguirán asombrando sus explicaciones raras y deslumbrantes, como la del cielo estrellado como las erupciones de granos en la piel del firmamento (más acertada ésta, desde luego, que las figuras habituales con las que se las ha querido representar en poesía); o la del sonido como la materialización del vacío; o la del valor real de las definiciones de los cuatro elementos griegos, tierra, aire, agua y fuego, porque el sistema periódico de los elementos no deja de ser una división artificiosa de sustancias que en la tierra y en el aire no se dan solas. Al margen de la falta de acierto de algunos de sus planteamientos, si nos siguen emocionando prosas como la de Patti Smith en pasajes como "El argumento de nuestra vida suda en la oscuridad como un rostro", difícil, muy difícil no emocionarse con el lenguaje con que se nos presenta la aventura de esa autobiografía de la consciencia que es la obra hegeliana. Díficil no preguntarse si sería posible. Si algún día dispondremos de alguien con el talento suficiente para aplicar la dialéctica hegeliana a la historia total del mundo, desde el Big Bang al Apocalipsis, de alguien capaz de describir la complejidad -real, no la mera representación o artificio con el que se describen las teorías científicas, que no son a la postre y aparte de constituir la columna vertebral de nuestra cultura, sino meras formas de tratar conla realidad basándonos en el "como si fuera así"- del mundo natural con un lenguaje nuevo.



...no todo ha de ser arte. ha de existir alguna anarquía positiva para que podamos llegar a saber y resistir y crecer más allá de las antiguas formas.

¿qué es un héroe?

un indio silencioso
una guerrillera uraniana
un expresionista abstracto duro y sin corazón
o una niña con gafas

en algún lugar, en cierto estado de gracia, existe
alguien que nunca duerme sino a la luz
alguien que cae y uno que lucha
uno que escupe sobre la roca de lo recto...

Patti Smith, La salvación del rock.

Para Lucía.