Por cierto: he recibido algún comentario un poco alarmado sobre los últimos mensajes de la web, el de la casa de los acantilados y el poema. Bueno, si alguien se ha sentido inquieto, que se serene: son notas. Algunos ya sabéis que escribo en mis ratos libres, cuentos de ciencia ficción, y en particular un grupito de relatos en los que encajan esos textos. El poema, Playa de Dover, está incluido en una de mis novelas-fetiche, Fahrenheit 451, de ese maravilloso poeta en prosa y absolutamente humano escritor que es Ray Bradbury. Más tarde George R. Martin hizo otra referencia al mismo poema en su cuento largo Una canción para Lya. Es pues un poema popular en el mundillo de la S&F. Luzbel es el protagonista de varios de mis cuentecillos. No tienen demasiado valor litarario, lo admito, pero escribir es una afición interesante, ayuda a ocupar el tiempo, despierta la imaginación, obliga a un cierto rigor intelectual si uno quiere hacerlo bien; o ayuda a descubrir que se carece de él en la medida adecuada si el resultado es mediocre, lo cual es también útil y esclarecedor.

Ese acantilado y esa casa... bien, son solo un reflejo de la soledad.

Y es que ya lo dijo Melville, otro de los grandes, en Moby Dick: Cuanto tiempo llevo contemplando el reflejo de mi rostro en el espejo de las aguas, Señor Starbuck, y sin embargo, ¡¡qué diferente es ver los propios ojos reflejados en el espejo de otros ojos humanos!!

Sí. Y más si son tan hermosos, oscuros y sinceros como la noche.

Incluso aunque tengamos que ver una pelicula canadiense ;-)

Salí del cine absolutamente horrorizado. A pesar de que la velada resultó estupenda porque mi anfitriona tiene los ojos más bonitos del mundo. Sin embargo, la película sólo tuvo el efecto positivo de decidirme urgentemente a visionar "Kill Bill", la última peli de Tarantino. Y ahí, amigos míos, entre la melenita rubia de Uma Thurman y las peleas absolutamente absurdas y deliciosas rodadas a un ritmo absolutamente perfecto de machetazos y chorros de sangre imposibles, recuperé el buen humor. Así que os recomiendo esta página web sobre Cine de Vampiros en Inglaterra donde podréis dar un repaso a las maravillosas e intrascendentes pelis de vampiros de la Hammer, la productora inglesa que junto a Walt Disney y el genial F. Ibáñez (el dibujante de Mortadelo y Filemón) más ha hecho por la felicidad de los niños de mi generación, y que sin duda fueron los que más tarde nos abrieron las puertas de los libros de Stevenson y de Conrad, por ejemplo.

Pues nada... que hace unas semanas una compañera de trabajo y otros amigos me invitaron al cine y estuvimos viendo una película de gran éxito en Canadá y premiada en varios certámenes europeos con los mejores premios. Se trataba de "Las invasiones bárbaras", un film sobre el sentido de la vida, la reflexión filosófica y el agudo análisis de un mundo en decadencia que ha perdido las esencias del pensamiento dionisíaco.

Bueno, cuanto tiempo... la verdad es que últimamente trato de limitar mis incursiones en la Red, de hecho eliminé la tarifa plana para "quitarme del vicio" pero como hoy estoy de baja debido a una irreverente y estupenda gastroenteritis que me ha atacado por sorpresa la noche del Sábado Santo, y de vez en cuando hay que gastarse el dinero en alguna diversión sana, he estado dándome un paseo por una página que voy a compartir con ustedes/vosotros