Cuaderno de Bitacora - Notas y Actualizaciones al Portal de la Bruja

Sunday, October 29, 2006


...¿Hada Azul? Por favor, por favor, por favor: conviérteme en un niño de verdad. Por favor, ¿puedes, Hada Azul? Por favor, por favor, por favor: hazme real. ¿Hada Azul? Por favor, por favor, por favor: hazme real. Conviérteme en un niño real. Por favor, Hada. Conviérteme en un niño de verdad. Por favor...


Y David continuó suplicando al Hada Azul que estaba allí ante él, eternamente sonriente, eternamente acogedora. Finalmente los faros fueron perdiendo potencia y se apagaron, pero David seguía viéndola tenuamente durante el día, y seguía dirigiéndose a ella, esperanzado. Suplicó hasta que las anémonas del mar se marchitaron y murieron. Hasta que el Oceáno se congeló y el hielo encapsuló al anfibicóptero enjaulado y también al Hada Azul, encerrándoles juntos dónde él aún podía distinguirla, un fantasma azul en el hielo, siempre allí, siempre sonriente, siempre esperándole. Con el tiempo David dejó de moverse, pero sus ojos permanecieron abiertos, mirando para siempre al infinito a través de la oscuridad de cada noche. Y así un día y otro día. Y así, pasaron dos mil años...